Se trata de una enfermedad poco común e infradiagnosticada que afecta a los gatos.
La literatura es limitada y se desconoce sus causas pero es de gran importancia realizar un buen diagnóstico diferencial de otras enfermedades oculares y sistémicas que pueden provocar protrusión de la membrana nictitante, como el Síndrome de Horner, linfoma, tumores retrobulbares, entre otros.
Es provocada debido a cambios en la inervación simpática del ojo y sus anejos provocando protrusión de ambas membranas nictitantes.
El diagnóstico se basa en la instilación de agentes simpaticomiméticos (fenilefrina). Si los signos clínicos remiten dentro de 20 minutos de instaurada la gota de fenilefrina al 10%, significa que la
causa probable es del 3er orden, es decir, posganglionar. Esto ocurre como resultado de una hipersensibilidad a la estimulación simpática. Si no hay dilatación pupilar en 20 minutos, la lesión es preganglionar.
También se ha descrito que estos pacientes han tenido algún episodio previo de diarrea y de una participación viral, pero no se ha demostrado.
El tratamiento es solo es paliativo en caso de que la protrusión afecte la visión y se basa en la instilación de agentes simpaticomiméticos.
El pronóstico suele ser favorable.